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Aclaración pública, algunas reflexiones y apuntes de un melómano entusiasta sobre el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas

 

Santiago de Cali, julio 17 de 2020

Por Roberto Carlos Luján Villar

El pasado 4 de julio del año en curso, la Corporación de eventos, Ferias y Espectáculos de Cali (CORFECALI) comunicó públicamente a la sociedad caleña, a través de su boletín No. 17 “Salsa y cultura: comunicado a la opinión pública”, la noticia acerca de la designación de la señora Lorena Henao Loaiza como directora del Encuentro Internacional de Melómanos y Coleccionistas de la Feria de Cali. 

La mencionada comunicación presenta información confusa, al parecer por una redacción apurada, pero que creo es importante aclarar. En este boletín informativo se lee lo siguiente: “convocaremos diversas voces de la salsa y la melomanía…”, lo cual está bien, pero infortunadamente se lee líneas después lo siguiente: “conformaremos un comité consultor integrado por...”, y se incluye mi nombre sin consulta previa. Agradezco mucho el creer que tengo los méritos para integrar ese comité, pero hubiese sido adecuado informarme con antelación si yo creo reunir las cualidades necesarias, y si cuento con la disponibilidad para hacer parte del mencionado comité. Infortunadamente, no creo poseer las credenciales para integrar un comité consultivo tan importante como el que el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas exige y necesita, el cual creo debe ser integrado por personas que reúnan requisitos mínimos, quizá los siguientes, entre otros: 

1) Reconocimiento (por su trayectoria local, nacional e internacional). 

2) Representatividad (quien integre este comité quizá debería representar una perspectiva de programación musical, ser un referente en la ciudad acerca del jazz latino y/o la rumba, por ejemplo, que pudiese orientar un segmento específico de programación en torno a estas músicas, y así posibilitar la construcción de una programación musical amplia, respecto a las músicas afro-latino-americanas).

3) Experiencia (evidenciar la experticia idónea para contribuir en la elaboración de contenidos y estructuración de propuestas que un comité consultivo precisa). 

4) Profundo conocimiento (conocer las músicas fundacionales y estar al día con la producción de la salsa y músicas afines, de carácter cultural, la cual debe difundirse durante el evento dado su carácter). 

5) Disponibilidad (contar con el tiempo suficiente para estar presente en las jornadas extensas de deliberación, consenso y elaboración de las estrategias y actividades a desarrollar).

6) Independencia de criterio (poseer la capacidad crítica y propositiva necesaria para fundamentar argumentos coherentes, en función del propósito, objetivo general y criterios objetivos que el evento ha definido).

7) No tener conflicto de intereses (no instrumentalizar el evento en función de intereses comerciales personales), entre otros. 

De los anteriores requisitos creo poseer, acaso, solo los dos últimos, por lo cual no podría integrar ese comité consultivo tan necesario e importante.   

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Una lectura objetiva del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas 

No soy amigo del señor Gary Domínguez, y no me anima nada en contra de él como persona, pero tengo inquietudes no resueltas acerca del tema de la calidad en la programación musical (específicamente en la segunda etapa de su gestión como director 2012-2019), la cual acusa un paulatino y evidente empobrecimiento en el evento que él creó acertadamente, así como de aquellos procesos de convocatoria, participación y transparencia. He asistido al evento desde su primera edición, creo entender la intencionalidad y espíritu que motivó la movilización y respuesta cultural de él como melómano y propietario de una salsoteca, junto a otros colegas, la misma que lo movilizó para llevar de la mano a Larry Harlow y a los músicos de la orquesta Aragón a ese evento en 1991. 

El Encuentro requiere, sin duda alguna, de un director(a) y melómanx que no solo ejerza un intenso liderazgo en la comunidad melómana, que sea un referente y aglutine esfuerzos y perspectivas musicales, también que realice una gestión cultural relevante, porque se trata de un evento diferente a todos los que la Feria de Cali realiza. 

La idea de cambio al interior del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas, por parte de CORFECALI, mediante la decisión de no contar con el trabajo del señor Gary Domínguez como director el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas, exigía otro manejo. Quizá la estrategia apropiada hubiese sido generar un empalme adecuado con el nuevo equipo organizador (no una ruptura intempestiva), con lo cual conocer las fortalezas y debilidades internas de la parte organizativa, los procesos y acciones específicas para generar contenidos, para establecer las convocatorias de participación y ajustar cada elemento del engranaje. Acercar el nuevo equipo organizador, durante este año 2020, a las actividades ejercidas por el equipo saliente con el ánimo de familiarizarse con los procedimientos a ejercer, era necesario. El empalme requerido este año 2020, entre los equipos organizadores, hubiese permitido al equipo entrante conocer información sensible de primera mano, así como un necesario balance de la gestión de calidad del evento con información clave para ejercer un desempeño idóneo. Por último, le hubiera permitido al señor Domínguez recibir el justo reconocimiento y la despedida agradecida por parte de la comunidad melómana. 



El ejercicio melómano objetivo que realizo intenta identificar aspectos positivos (que deben fortalecerse) y negativos (que deben revisarse y ajustar). Es un ejercicio distante de las posiciones extremas de defensa a ultranza y acríticas de sus amigxs que no observan error alguno en su gestión, como de aquellxs que solo observan procedimientos y decisiones negativas, sin analizar el cúmulo de sus acciones positivas. 

Identifico y reconozco como melómano, acciones relevantes en la gestión del señor Domínguez como director del Encuentro de Melómanos, respecto a lo siguiente: 

  • Gestionar y liderar el primer Encuentro de Salsotecas en Cali 

  • Posibilitar la permanencia del evento durante su primera década de funcionamiento (1991-2001) 

  • Contribuir en el proceso de construcción de un espacio musical y melómano para el encuentro pacífico, la apreciación musical y el reconocimiento cultural afrocaribeño de sus asistentes. 

  • Posibilitar el reconocimiento y visibilización de las salsotecas ante la comunidad melómana y sociedad caleña en general. 

  • Contribuir al reconocimiento y visibilización de lxs melómanxs en los niveles local, nacional e internacional. 

  • Otorgar la relevancia necesaria al ejercicio de lxs melómanxs participantes, el actor natural y principal del Encuentro. 

  • Articular y viabilizar la participación de muchxs melómanxs en el Encuentro. 

  • Articular y viabilizar la participación de las asociaciones melómanas en el Encuentro. 

  • Destacar el saber biodiscográfico, la labor de preservación, fortalecimiento de la cultura melómana, información atesorada, y todas aquellas prácticas que enaltecen la labor de lxs melómanxs. 

  • Posicionar internacionalmente el evento. 

  • Establecer las conexiones necesarias para la presentación de músicos renombrados en los conversatorios y/o actuaciones artísticas durante el evento. 

El señor Domínguez no solo fue el responsable principal de todo lo bueno que en el Encuentro aconteció, también de lo negativo, deficiente o susceptible de fortalecer, que no se superó. Pese a todo lo que permitió que se hiciera y a lo que no se hizo, es un error que no continúe como director: 

  • Pese a su directa responsabilidad en el paulatino empobrecimiento de la calidad de la programación musical del evento. 

  • Pese a no otorgarle ninguna importancia a músicas fundacionales como el jazz latino, la rumba y las descargas, proscritas deliberadamente de la programación musical del evento, a las cuales nunca les otorgó un segmento específico, mucho menos un día de programación. 

  • Pese a no posibilitar la difusión de obras musicales imprescindibles de extensa duración (obras tipo suite, por ejemplo), en algún segmento. 

  • Pese a permitir la existencia de una odiosa e innecesaria zona VIP. 

  • Pese a permitir una pista de baile, que por fortuna se eliminó, el evento iba camino de transformarse en una verbena con melómanos. 

  • Pese a que nunca posibilitó que la comunidad melómana tuviese acceso a las programaciones registradas día a día, durante cada edición del evento, mediante un proceso de disponibilidad (a través de una plataforma virtual) y fácil acceso, acompañada de una necesaria socialización. Pese a ser documentos públicos, los cuales todxs tenemos derecho a consultar. En 28 años de realización se convirtieron en un secreto: ¿por qué si son la memoria de un evento público de la ciudad? 

  • Pese a permitir que Diego Galé con su orquesta se presentara en el evento tocando el repertorio del Grupo Niche. ¿De verdad tiene cabida en el Encuentro de Melómanos, ese tipo de música comercial prescindible? La verdad es que los aspectos esenciales, musicalmente hablando, cambiaron demasiado desde 1991: de un ‘Día bonito’ a cualquier cosa. ¿Se le olvidó al señor Domínguez la proclama que las salsotecas construyeron en 1991, con él a la cabeza, rechazando la perversa programación de las cuatro emisoras de salsa de las FM, y el repertorio prescindible que tanto se fustigaba, precisamente el de la mencionada agrupación? 

  • Pese a permitir que el jazz latino se programara a la hora de conectar los cables, entre las 3 y 4 de la tarde, lo cual no tiene presentación alguna para un evento que se precia de ser internacional. Pese a haber permitido ese pésimo ejemplo dado a lxs jóvenes melómanxs en formación, que quizá creerán que un tipo de música como el jazz latino es solo útil para las cortinas musicales. 

  • Pese a nunca difundir públicamente los mecanismos de convocatoria y formas de habilitar la participación melómana anualmente: ¿cómo un melómano conquistaba el derecho a participar?, eso nunca se supo. Ese tipo de escogencia o selección exige la mayor claridad y mejor socialización posible con la comunidad melómana. 

  • Pese a permitir que se presentara en el Encuentro, la flautista de jazz Andrea Brachfeld con el acompañamiento de la Real Charanga (una charanga de jazz de Bogotá), y que ni ella, ni esa agrupación pudiese tocar jazz latino… porque se exigió, a manera de condición, a la agrupación y a la flautista, interpretar un clásico repertorio cubano. ¡De no creer! 

  • Pese a no haber posibilitado la presencia de grupos de jazz latino y rumba cubana en las ediciones del Encuentro. Los contenidos del evento no solo giran en torno a la salsa. Una cultura melómana holística o sistémica es el fundamento de una cultura sólida salsera. 

Quizá no todo lo anterior es responsabilidad exclusiva del señor Domínguez, tal vez la conformación de un comité consultivo idóneo hubiese podido ayudarle a ajustar lo que no desarrolló bien, seguro la obnubilación por los 10 mil asistentes diarios les hizo creer que todo marchaba de lo mejor y en todo sentido: ‘que los árboles no te impidan ver el bosque’, reza la máxima popular. 

La verdad nunca he podido entender cómo un melómano como el señor Domínguez, quien realizó el programa radial Clave Latina (1992-1993), uno de los mejores programas de música afro-latino-americana del cual tengamos memoria en los últimos 30 años en la radio caleña, en el cual sonaba el jazz latino, la salsa, la rumba cubana y las músicas de vanguardia (la orquesta Guaco se escuchó por primera vez en la radio de Cali a través de ese programa en diciembre de 1992). ¿Cómo fue posible que ese mismo melómano en su gestión como director del Encuentro de Melómanos hubiese condenado al ostracismo, por acción u omisión, músicas como el jazz latino, la rumba y las descargas? 

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La necesidad de un balance de la gestión realizada 

El señor Domínguez debe presentar un balance de su gestión como director (2012-2019), en el cual describa, entre otros aspectos, los siguientes: 

  • Cómo su gestión benefició la cualificación de los melómanos participantes y asistentes al Encuentro, más allá de ser el evento un espacio de exposición biodiscográfica, relacionamientos y fraternidad entre melómanos. 

  • Cuáles son los indicadores de gestión de calidad de su labor en torno a la programación musical. 

  • No se trata de indicar que asistieron 10 mil personas a diario, porque eso no es un indicador de calidad, eso lo único que indica es que se masificó el evento, y solo interesaría a quienes tienen un interés comercial (venta de licores, comidas, discos e instrumentos), pero no necesariamente está relacionado con el tema de calidad de programación que es el aspecto distintivo y el más importante del evento. 

  • La calidad de la puesta en escena es un aspecto positivo, pero ese proceso de espectacularización del evento no tiene nada que ver con los contenidos de calidad, es una cuestión de forma que no es determinante frente al tema de fondo, que es la calidad de lo programado. 

  • Si se alude a un indicador de gestión como la inclusión de 100 participantes por edición, tampoco eso indica necesariamente que se cumple con el objetivo específico de la calidad de la programación musical. A lo sumo indica que se optimizó el tiempo de participación, y no necesariamente indica que se trató de un proceso de inclusión lo más democrático posible, muchos buenos melómanos de la ciudad jamás han podido participar, debe explicitarse cuál fue el proceso (el paso a paso) para participar, y eso debe recalcarse, en ello sin duda ha faltado transparencia. 

Cuál es el análisis estadístico, respecto a la programación realizada, en torno a los siguientes aspectos: 

  • Caracterización de los participantes: sexo, edad, lugar de origen, independiente o

    asociado, etc. 

  • Balance de la programación realizada durante los años de su gestión como director. 

  • Balance de la música salsa programada, por épocas. 

  • Balance de la producción reciente de la salsa, la música cubana y el jazz latino, difundida en el evento. 

  • Balance de la difusión de la música africana con énfasis caribeño. 

  • Balance de la difusión de la música salsa y afines de las West Indies. 

  • Balance de las grabaciones discográficas expuestas en discos de 78 rpm y 45 rpm 

  • Balance del material audiovisual (videos) expuestos durante el evento. 

  • Número de investigadores internacionales invitados al Encuentro y sus aportes realizados (registrados en documentos y disponibles a la comunidad melómana). 

  • Número de documentos elaborados, respecto a las entrevistas realizadas durante el evento (registrados en documentos y disponibles a la comunidad melómana). 

Lo anterior, es importante sistematizarlo y socializarlo con la comunidad melómana, los melómanos de a pie no tenemos acceso a las programaciones realizadas anualmente, pese a ser un derecho su disponibilidad y fácil acceso. Es clave entender qué contenidos musicales se priorizaron en las programaciones anuales. Si el evento celebra la memoria musical afro-latino-americana es clave documentar cada aspecto desarrollado en el evento como un necesario registro histórico del hecho melómano y musical. 

Similar balance de gestión de calidad debe exigírsele a quienes a lo largo de la realización del Encuentro de Melómanos ejercieron la labor de directores y coordinadores. Eso es lo primero que efectúa alguien que se precie de realizar una labor seria y consecuente con el cargo asumido. Esa información cualitativa es clave para la directora del evento, no solo por la información necesaria respecto a las anteriores ediciones, también porque esta información le permitirá tomar, junto a su equipo de trabajo, las mejores decisiones para dar continuidad y robustecer los aspectos que se consideren positivos, y fortalecer aquellos en los que se identifiquen fallas. Si tanto les interesa el evento es clave entregar este tipo de información, después no podrá exigírsele los mejores resultados en su gestión, principalmente respecto a la calidad de programación musical del evento. 

Los primeros años del evento permitieron la coincidencia de la libertad musical contenida en las grabaciones discográficas y la libertad que los melómanos convocados contaban para proponer su difusión en un espacio público, y aunque eso lo posibilitó el señor Domínguez, bajo su dirección del evento y en la primera etapa, en su segunda etapa como director, también es cierto que nunca más pudo ser. 

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Un nuevo equipo organizador 

La situación de crisis ocasionada por la pandemia este año, era la oportunidad clave para revisar críticamente los contenidos. Ocasión ideal para proponerle a los participantes y asistentes otras temáticas y reforzar las orientaciones para participar activamente en las programaciones musicales, y no ejercer una labor complaciente per se. La mejor manera de quedar bien con un melómano es mostrarle algo que no conocía y enriquecer su saber biodiscográfico (un verdadero melómano jamás olvida los momentos u oportunidades de aprendizaje), pero eso no se logra sin rigor, ni pautas de programación claramente definidas y orientadas a los participantes en el marco de una amplia socialización. 

No conozco los méritos que habilitan a la señora Lorena Henao Loaiza para ser designada como directora, tampoco los requisitos objetivos que se requieren para convertirse en director(a) del Encuentro de Melómanos. Desconozco si se consideraron otros nombres para ejercer el cargo mencionado. 

CORFECALI en aras de la transparencia requerida debe manifestar pública y formalmente una comunicación en la cual se explicite el porqué de esa decisión inconsulta que no tuvo en cuenta a la comunidad melómana caleña, y así entender las razones de la no continuidad del señor Domínguez como director del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas. De igual manera, cuáles fueron los criterios que habilitan y fundamentan la designación de la señora Henao Loaiza como directora del evento mencionado. Se requiere la mayor claridad institucional frente a estas decisiones. 

El momento de cambio que vive el Encuentro de Melómanos como evento con una estructura y funcionamientos determinados, requiere a partir de este momento la mayor transparencia, la que nunca ha tenido, la cual permita socializar amplia y oportunamente no solo a la comunidad melómana, también a toda la sociedad caleña, las diferentes acciones que pretenda ejercer. El Encuentro de Melómanos es una organización cultural que debe presentar de manera explícita, a través de un proceso de socialización, la información sensible que compete a la comunidad melómana caleña, respecto a los siguientes tópicos, entre otros: 

  • ¿Cuál es el propósito, misión y visión del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas? 

  • ¿Cuál es la hoja de ruta del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas? 

  • ¿Cómo se convoca a lxs melómanxs para participar en el evento? 

  • ¿Cuáles son los mecanismos (métodos de selección) que habilitan a lxs melómanxs para participar durante cada edición anual? 

  • ¿Qué se le exige a lxs melomanxs, en términos de criterios a tener en cuenta, para la escogencia de su material de presentación? 

  • ¿Qué cualidades, condiciones o credenciales objetivas determinan la escogencia de los integrantes del comité consultivo? 

  • ¿Cuáles son las responsabilidades de los integrantes del comité consultivo? 

  • ¿Cuál es el proyecto de formación melómana que el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas posibilitará como contribución a la cultura melómana de la ciudad? ¿Cuál será su periodicidad, cómo se ejercerá su trazabilidad y quién la efectuará? 




La señora Henao tiene ante sí una enorme responsabilidad como directora del Encuentro, ojalá pueda dar no solo la continuidad requerida al evento, también su gran reto es fortalecer la calidad del mismo, que parece no pertenecer ya a los melómanos. El evento surgió en el marco de una inmensa alegría y capacidad de convocatoria de programadores por la música y sus sonoridades elaboradas y reelaboradas, y por la musicalidad de sus músicos, sin pretensiones protagónicas individuales, sin la intencionalidad de monetizarle y sin grupos de interés comercial que pudiesen condicionar las propuestas musicales que en cada turno de programación el melómano podía realizar sin cortapisa alguna (carácter y extensión de la obra musical presentada, y sin la presión de algún presentador que instaba porque se programara música para bailar). Por tanto, creo que es importante analizar lo siguiente: 



A) ¿Cómo se transformó el Encuentro de melómanos en un evento protagónico de la Feria de Cali? 

B) ¿Cómo dejó der ser un evento con pocos melómanos asistentes y participantes, y pasó a interesar a tantxs entusiastas? 

C) ¿Acaso esa transformación e interés mediático inusitado tiene que ver con el reconocimiento de lxs melómanxs participantes, el actor natural y principal del Encuentro? 

D) ¿Quizá porque se valora su saber biodiscográfico? 

E) ¿Tal vez porque se aprecia su labor de preservación de la cultura melómana, y todo lo que han aportado lxs melómanxs de la salsa y músicas afines a la construcción de una cultura de ciudad? 

F) ¿Acaso las razones anteriores motivaron ese proceso de espectacularización que ha experimentado el Encuentro en los últimos años? 

La pregunta F tiene una respuesta irrefutable: ¡NO! Así muchos melómanos idealistas crean ilusamente que todas esas cualidades y procesos individuales y colectivos tan valiosos de miles de melómanxs son los que han propiciado que el evento haya adquirido la notoriedad que tiene en la actualidad. El proceso de espectacularización y masificación del Encuentro de Melómanos con la presencia de orquestas durante cada día y en cada edición anual, es una evidente estrategia que corresponde a una oportunidad de negocio (alquiler de stands, publicidad, comercialización del evento, etc.) y conforme avanza ese proceso de posicionamiento de marca comercial, el evento flexibiliza su objetivo principal: la calidad musical de la programación, permitiendo que coexista la programación de las obras musicales imprescindibles con los productos comerciales prescindibles, se advierte la no existencia de un control de calidad en la programación, lo cual debe revisarse. No tiene sentido alguno que un(a) melómanx participante programe el repertorio que se difunde intensamente (24/7) en la radio comercial. Se debe sugerir al melómano participante que intente tomar distancia de lo más difundido y que intente presentar un repertorio que enriquezca a los asistentes, no se trata de participar y quedar bien con el repertorio más conocido, se trata de compartir obras musicales que enriquezcan el saber de los asistentes sobre un artista, estilo o enfoque interpretativo. 

Situación actual: aspectos que quizá deben analizarse 

El Encuentro se ha desencializado paulatinamente, aquellas prácticas fundacionales (mencionadas anteriormente) que fundamentaron las prácticas y libertades de programación desarrolladas durante las primeras ediciones deben blindarse y fortalecerse, de lo contrario, en poco tiempo asistiremos a una hipermediatizada verbena con orquestas, con miles de asistentes celebrando cualquier cosa, y algunos melómanos convocados intentando encajar en un evento que ya no les pertenecerá. 



El Encuentro de Melómanos quizá debe tener como propósito, según mi escaso entendimiento o expectativa del mismo, la celebración pública y gratuita, durante varios días y en jornadas extensas en un espacio idóneo, lo cual genere el interés de cientos de melomanxs por la música popular afro-latino-americana y su cultura melómana específica, por la cultura de la salsa y de todas las músicas afines y constitutivas. En el cual se aprecie, destaque y reconozca el saber biodiscográfico y memorístico portado por lxs melómanxs que han preservado y fortalecido una cultura determinada. Lxs melómanxs han ayudado a construir, individual y colectivamente, una identificación de ciudad que nos singulariza a lxs caleñxs en el mundo: escuchar salsa y músicas afines constitutivas, y eso no puede cambiar, el evento no puede convertirse en una verbena con orquestas, pista de baile y melómanxs convocadxs. Bailarines y bailadores hay en todo el mundo, pero un alto número de melómanxs con el interés descrito, capaces de interactuar y coexistir en un ambiente pacífico, movilizados solo por la música y la celebración de sus contenidos, existe solo en el Encuentro de Melómanxs en Cali, Colombia. El Encuentro es cultura biodiscográfica y melómana, difiere de cualquier otro evento musical de la Feria de Cali, en los cuales el consumo de licor y otros tipos de comportamiento se presentan, como ha ocurrido en el pasado. 




¿El Encuentro de Melómanos y Coleccionistas qué debe incluir en su política de contenido cultural y ejercicio memorístico fundamental?, este interrogante no puede dirimirse fácilmente, es un asunto de larga duración que requiere analizar diferentes dimensiones. Los siguientes aspectos, son solo algunos identificados, que quizá deben analizarse si se desea iniciar un proceso de cualificación de los melómanos participantes y asistentes: 

  • Propender por la difusión de obras musicales transcendentales para la música afro-latino-americana, destacadas por su originalidad y desarrollo, y reconocidas por la comunidad melómana internacional. 

  • Construir temáticas y sub bloques temáticos que posibiliten re-descubrir la producción discográfica (las músicas de las West Indies, por ejemplo) que enriquezcan el saber biodiscográfico de lxs melómanxs. 

  • Orientar adecuadamente a lxs melómanxs para participar en cada temática, respecto a las exigencias de participación, su responsabilidad constructiva y propositiva, en términos de la cultura melómana que se fomenta. 

  • Construir o reelaborar el propósito de realización del Encuentro de Melómanos, los criterios que orientan la participación de los melómanos, y los mecanismos que habilitan la participación, difundiéndolos públicamente a la comunidad melómana en el marco de una amplia socialización. 

  • Otorgar un segmento de difusión, -no se trata de fomentar su programación en un horario de relleno inadecuado-, del jazz latino y la rumba, músicas proscritas del evento. 

  • Establecer segmentos o sesiones para la programación de grabaciones discográficas contenidas en discos de 78 rpm, 45 rpm y discos de 10 pulgadas. 

  • Estructurar un verdadero espacio pedagógico para los melómanos -los diálogos anecdóticos y aspectos históricos rememorados con los músicos no necesariamente constituyen un espacio pedagógico-, en el cual investigadores internacionales desde una perspectiva multidisciplinar (musicólogos, etnomusicólogos, historiadores, sociólogos, comunicadores, ingenieros de sonido, y productores discográficos, entre otros) aborden análisis teóricos, desarrollos metodológicos, procedimientos musicales, etc. Para la mejor comprensión y apreciación musical de los melómanos. 

  • Invitar investigadores internacionales (Errol Montes Pizarro, Emmanuel Dufrasne González, Liliana Casanellas, Chris Washburne, Benjamín Lapidus, David García, Luc Delannoy, por ejemplo), destacados por su producción académica incluida y reconocida por editoriales científicas y revistas indexadas. 

  • La mejor manera de orientar a lxs melómanxs participantes en el marco de la programación es establecer temáticas. Por ejemplo, desarrollar programaciones en las cuales se aborde la producción musical realizada entre las décadas entre 1900 y 1949 en la música afro caribeña (Nueva York, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, etc.). La producción discográfica de los músicos cubanos en Europa (1920-1959). Entre 1950-1959 en la música afro caribeña (Nueva York, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, etc.). 1960-1979 la música latina que se produjo en todo el mundo, por ejemplo. Los tambores batá en la música salsa, son cientos y cientos los ejemplos de música salsa fabulosa para desarrollar una programación de ese tipo. Todo lo anterior con el acompañamiento de un material impreso disponible (como se hizo los primeros años), el cual con rigor contextualice cada temática, con el uso apropiado de las referencias del caso. 

  • Avanzar hacia un proceso de cualificación que fomente la participación melómana, superando el mero ejercicio presencial y expositivo de programar durante el evento, y fortalezca su apreciación musical. 

Lo anterior, redundará en el adecuado proceso de fortalecimiento y cualificación de las buenas prácticas que los melómanos en su formación requieren para incrementar su saber biodiscográfico y musical. 




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Fuente: Luján (1992), archivo personal.

Remembranzas de las primeras ediciones del Encuentro de Salsotecas 

El Encuentro de Salsotecas, creo entender, surgió como una respuesta alternativa de programación musical de las salsotecas (reforzada con la elaboración de una proclama y un memorial de programación sugerida), que pudiese informarle a los directores de las cuatro emisoras comerciales de salsa de las FM en Cali, la existencia de otro tipo de producción de salsa con la cual enriquecer las programaciones perversas enfocadas en la salsa tipo balada que las emisoras comerciales reprodujeron durante los decenios de 1980 y 1990. En el marco de ese evento se pretendió realzar la participación inicialmente de las salsotecas y paulatinamente se extendió la convocatoria a lxs melómanxs con base en el propósito de aprovechar el saber biodiscográfico de cientos de melómanos que atesoraron por varias décadas miles de discos de salsa y músicas afines afro-latino-americanas. 

Las siguientes fueron las 16 salsotecas, de las 25 existentes en Cali en aquel momento, presentes en la programación de la edición del Encuentro en 1991: La Barola, La Ponceña, Los Soneros, Congo Bongo, Olafo, El Caney, Punto del Son, Quinta Avenida, Inmensidad, Sabor del Moño, Los Antillanos, Chaney, Tin Tin Deo, Verdadero Son, Convergencia y Taberna Latina. La anterior información es la que reseñó Fabio Larrahondo (enero 29 de 1992) en el Periódico El País. No obstante, me queda duda acerca de la presencia en esa edición, según las notas y registro que hice y conservo de esa edición, como de las primeras en esa década, creo que también participaron las salsotecas Cachana y El Guateque, de esta última una mayor duda, no recuerdo bien su existencia en la ciudad, seguramente si funcionó en la década de 1990 como salsoteca. En aquella edición de 1991 también participó el desaparecido melómano Henry ‘fats’ Zuluaga. 

Las vivencias y emociones que me produjo asistir, era un menor de edad, a la primera edición del Encuentro de Salsotecas. El día 26 de diciembre Gary Domínguez anunció que Larry Harlow estaría presente en el evento el día 28. Al día siguiente le dije a unas personas que estaban ahí y se reían y me decían que era un veintiocho, una inocentada, pero yo conservaba la esperanza de que así fuese. El día 28 el Encuentro recibió a Larry Harlow con la canción Señor salsa, llegó caminando por la calle quinta con Domínguez al Parque Panamericano, lugar en el cual se efectuó la primera edición, como cualquiera de nosotros. En esa área verde del parque se efectuó el Encuentro. Estrechar la mano de ese héroe de barrio popular y escucharlo hablar de Arsenio Rodríguez a los 30 o a lo sumo 50 melómanos de corazón que estábamos ahí, fue una vivencia incomparable. Quizá ese mismo día, no lo recuerdo bien, pasaron los músicos de la orquesta Aragón a saludarnos literalmente, recuerdo mucho a Justo Emilio Rueda, uno de los cantantes, quien me extendió la mano con una enorme humildad y sencillez. Ese día llovió torrencialmente, pero estoicos permanecimos los pocos melómanos asistentes hasta el final. 

La primera edición del Encuentro propició el encuentro con los programadores de las salsotecas, quienes no deben faltar entre los melómanos convocados para participar anualmente en el evento. De hecho, es enriquecedor que el comité consultivo del Encuentro cuente un representante de los programadores de las salsotecas. 

La programación libre de la primera edición nos permitió conocer grabaciones que hoy en día son verdaderos clásicos de las salsotecas, conservo la programación de lo que sonó en los primeros años del Encuentro, en esa ocasión se programaron canciones como Arsenio un guaguancó (Perico Hernández), Oye mi guaguancó (Tito Puente), Escucho una voz latina (Conexión Latina), Sabrosito bongó (Nelson González), Yo soy la rumba (Machito), Dolores (Jesús Cepeda), Buscando la melodía (Tito Rodríguez), Ven Ven (Eddie Palmieri), Villa azul (Tata Vásquez), Nicomedes (Orquesta Cabala), Fiesta de cantores (La Puertorriqueña), Oye mamá (Orquesta Malo), Raza latina (Larry Harlow), Día bonito (Eddie Palmieri), Voy caminando (Ismael Quintana), Así fue que nació el son (Gene Hernández), Mami (Pepe Castillo), Fantasía africana (Lou Pérez), y El fogón (La Selecta), entre otros. 

La segunda edición anual se efectuó en 1992 en la retreta del Parque Bolívar. En esa edición César Pagano presentó un homenaje a la memoria de Emiliano Salvador. El jazz latino contaba con la oportunidad de escucharse en el Encuentro. Recuerdo en esa edición haber escuchado el tema Bacalao con pan (versión The LP Ensemble, 1980). Infortunadamente, el hecho de no orientar a lxs melomanxs por parte de quienes lideran el Encuentro, origina que se chifle a quienes han programado temas de jazz latino como ha ocurrido en años recientes. Es comprensible que quienes esperen escuchar música de la Sonora Matancera o alguna pachanga, reaccionen de esa manera, y no es culpa de ellxs, es responsabilidad de quienes orientan el desarrollo del evento socializar los contenidos amplios y su importancia con toda la comunidad melómana. 

A partir de 1993 el evento se trasladó al Parque de la Música, y comenzó a efectuarse de manera mensual. De esas audiciones mensuales y anuales, a cielo abierto, quedan muchos buenos recuerdos de la programación realizada. Según los datos y volantes que conservo de la época, las siguientes fueron las primeras audiciones realizadas mensualmente en el Parque de la Música durante 1993: 


Febrero: 20 años de la muerte de Tito Rodríguez 

27 de marzo: Homenaje a la mujer latina 

24 de abril: Homenaje al son 

29 de mayo: Ismael Rivera 

Junio: Louie Ramírez 

31 de julio: El danzón y el mambo en Nueva York 

28 de agosto: Willie Rosario, Bobby Valentín y Roberto Roena 

25 de septiembre: Héctor Lavoe 

30 de octubre: Homenaje a Borinquen 

Como anécdota personal recuerdo que siempre en las audiciones un señor repartía a lxs asistentes los volantes que se elaboraban con las temáticas de cada audición. Ese señor siempre, cada mes, me negaba el volante por más que yo le pidiera el favor que me lo compartiera, por más que se lo solicitará con suma insistencia nunca me lo entregó, luego veía que él le entregaba ese mismo volante a muchxs que ni siquiera lo solicitaban y quienes en la mayoría de los casos lo utilizaban para sentarse sobre él en el pasto del parque. Y ahí quedaba, en el piso, ese documento elaborado con empeño que contenía una parte de la historia del evento, ese como muchos otros, ayudó a forjar la capacidad memorística que nos distingue a lxs caleñxs como melómanxs en el mundo, respecto a las músicas afro-latino-americanas. 

El tercer Encuentro de Salsotecas y Coleccionistas, se efectuó entre el 25 y 29 de diciembre de 1993 en la retreta del Parque Bolívar. El día 26 de diciembre estuvo presente en el evento Celina González y su hijo Reutilio Jr. El legendario locutor cubano Eduardo Rocillo y su esposa Delia Prada asistieron a esa edición del evento. Ellos dos me confirmaron la noticia de la muerte del gran Lorenzo Hierrezuelo acaecida el 16 de noviembre de ese año. El 28 de diciembre el conguero Vicente Rivero ‘Little Johnny’, con el disco compacto en la mano de la extraordinaria orquesta Descarga Boricua, presentó a los asistentes el disco más importante de la salsa puertorriqueña en el decenio de 1990: «¡Ésta sí va!». La canción promocionada por pequeño Johnny fue Me curo con rumba. Ese músico estaba en Cali con la orquesta de Frankie Ruiz, quien también pasó por el Encuentro, deambulaba con sus cadenas de oro y un escolta que lo acompañaba. El día 29, el último de esa edición, se cerró con un jam sesión en la tarima con el Grupo Calor que contaba con el cantante Orestes Roque ‘Puchungo’, a ese grupo se unió juan Carlos Alfonso, pianista y director de la orquesta Dan Den, y Germán Medina, cantante de esa agrupación. 

Recuerdo bien todo lo anterior, y con los detalles precisos, porque en hojas y con lapicero en mano, tomaba notas de todo lo que veía, escuchaba, pasaba y sentía durante muchas horas a diario, sentado a veces, de pie en ocasiones, pero en todo caso apreciando e internalizando todos los contenidos valiosos de las decenas de melómanos que participaban. Hoy, después de tantos años, pienso que sin saberlo estaba realizando un trabajo de campo investigativo de corte etnográfico. No fue tan fortuita, como pensaba, la decisión de estudiar sociología en la Universidad del Valle, años después. 


El Encuentro de Melómanos y Coleccionistas realizado anualmente es un espacio de divertimento cultural, construido con mucho esfuerzo por un grupo de melómanos conscientes del alto valor del melómano caleño, como actor histórico en la cultura salsera en Cali. Si los melómanos responsables de coordinar y salvaguardar el Encuentro ceden en sus convicciones abandonarán el histórico proceso y la profunda razón de su realización como espacio para la cultura del melómano, 

determinada por la importancia capital de la práctica de escucha musical, entre otras distintivas (Luján, 2012). 

Referencias 

Larrahondo, F. (29 de enero de 1992). Quijotes tras la “memoria” de la salsa. El País, pp. B-2. 

Luján Villar, RC. (2012). Las audiciones de salsa en Cali: caracterizaciones sociológicas. Luján Editores. Cali, Colombia. 

























CARLOS A. HERNANDEZ